El pelaje de esta especie era amarillo dorado, un poco más apagado que el del tigre de Bengala y con más zonas blancas en costados y cara. Las rayas, en lugar de ser negras, tenían un color marrón de distintas tonalidades e incluso se volvían amarillentas en las zonas blancas cercanas al vientre. En invierno, el pelo crecía bastante para soportar el frío clima que se adueñaba entonces de las montañas de Asia centro - occidental, especialmente en el vientre y la característica barba o pequeña melena de la zona de las mejillas y garganta.
Los machos eran más grandes que las hembras, los primeros pesaban entre 169 y 240 kg, con una longitud de 2,65 - 2,95 m, mientras que las hembras pesaban hasta 135 kg.
El cuerpo era bastante robusto, y algo alargado, con patas fuertes y bien desarrolladas rematadas por unas garras excepcionalmente largas, más grandes que las de cualquier otro tigre. Las largas a la par que robustas patas les permitían recorrer largas distancias; de hecho, esta subespecie de tigre, al contrario que las otras, emigraba cada año siguiendo las manadas desaigas, asnos salvajes, ciervos y camellos de los que se alimentaba. Debido a esto, los kazajos lo conocían como "leopardo viajero", en contraste con el auténtico leopardo que aún habita en Turkmenistán y es de carácter sedentario. En cuanto a la cola, era bastante corta y estaba surcada por rayas blancas y pardo-amarillentas alternadas.
Los tigres del Caspio evitaban las zonas más secas y descubiertas de su entorno, fijando su hábitat característico en los tugai, las zonas cubiertas de bosques, matorrales y hierbas que se concentraban en torno a los cursos fluviales, y de las que el tigre dependía para camuflarse y acechar a sus presas.
YA EXTINTO POR LA CULPA DEL HOMBRE
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